El uso antibiótico de
la plata data de civilizaciones tan antiguas como la egípcia, la griega y la romana
que también utilizaban este metal para elaborar utensilios de cocina o
recipientes donde almacenar y servir el agua. Así lo recoge el
historiador y geógrafo griego Heródoto (484-425 a.C.) –considerado “el
padre de la Historia”- quien en sus escritos narra que, donde quiera que
fuera, el rey Ciro de Persia llevaba consigo una mula que transportaba
recipientes de plata llenos de agua hervida y que sólo bebía de ellos. Y
es que, según parece, ya entonces sabían que la plata inhibe el
crecimiento de los microorganismos que estropean los alimentos, las
bebidas... y el cuerpo de humanos y animales. Ésa es, asimismo, la
explicación de la costumbre de los primeros pobladores del Oeste
americano que introducían un dólar de plata en los recipientes con leche
para facilitar su conservación y evitar el crecimiento de hongos y
bacterias. De hecho en la actualidad se sigue confiando en la capacidad
de la plata coloidal para eliminar una amplísima gama de organismos
patógenos lo que la hace única para añadirla a los alimentos y mejorar
su conservación-. Incluso para potabilizar el agua. Una propiedad que la
ha convertido en herramienta de –permítasenos la licencia- utilidad
extraterrestre ya que los rusos la utilizan para esterilizar el agua
reciclada a bordo de las estaciones espaciales y la NASA eligió un
sistema de tratamiento de aguas a base de plata coloidal para el puente
aéreo espacial.
En cuanto a su uso terapéutico se tiene constancia
de que tanto la Medicina Tradicional China como la Medicina Ayurvédica
han usado la plata –bien sola, bien combinada con otras sustancias- como
remedio para prevenir y tratar infecciones y como tónico rejuvenecedor
para pacientes debilitados por alguna dolencia o, simplemente, por la
edad. Para esta última tradición médica la plata es muy eficaz en el
tratamiento de afecciones hepáticas y la usan también para “refrescar
mente, emociones y cuerpo en padecimientos tales como neuritis y
neuralgia, inflamaciones de las membranas mucosas, enfermedades del
sistema reproductor y mentales. Es asimismo afrodisíaca y útil en casos
de debilidad”.
Por lo que respecta a Occidente hasta la década de
los años 40 del siglo pasado era común entre los médicos el uso de la
plata coloidal para el tratamiento de decenas de enfermedades cuyo
origen fueran virus, bacterias u hongos (vea las Indicacionesde la plata
coloidal en el recuadro aparte) así como para ayudar a cicatrizar
heridas y quemaduras. Sin embargo, el aumento del precio de la plata y
los costes de producción así como el desarrollo de otro tipo de
antibióticos más rentables llevarían a este germicida natural a un
rincón olvidado del que desde hace aproximadamente cuarenta años
intentan rescatarlo médicos y profesionales de la salud de todo el
mundo. Y gracias a ellos la plata coloidal empieza a ocupar de nuevo el
lugar que nunca debió perder como antibiótico de referencia. Ahora bien,
el camino no es fácil pues su vuelta se enfrenta al todopoderoso
establishment de la industria farmacéutica, nada interesado en que un
producto tan económico, eficaz y fácil de utilizar esté al alcance de
todos.
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